Anime classics 2

Otros 11 cortometrajes de animación. Con un dibujo mucho más cuidado que en la sesión anterior y una animación muy mejorada.

Varios parecen basarse en cuentos tradicionales japoneses o extranjeros, como el segundo (El abuelo que hacía florecer las flores), en el que una pareja de ancianos encuentra un tesoro gracias a su perro. Al verlo, un vecino envidioso les roba el perro porque también él quiere encontrar un tesoro, pero el perro no encuentra nada bueno y el vecino acaba matándolo.

Después, el anciano compite con el vecino ante el emperador haciendo magias diversas. El viejecillo consigue que florezcan almendros lanzando algo así como copos de nieve, mientras que el vecino sólo consigue llenarlo todo de ceniza.

Esta parte era epecialmente hermosa, con la ceniza del vecino cubriéndolo todo. Creo que la ceniza se conseguía con algún método de rascado de tinta seca: por ejemplo, rascando un cepillo de dientes lleno de tinta y lanzándola sobre el lienzo o el fotograma.

Otro cuento, Kobu Tori, también me resulta familiar, tal vez lo he leído en alguna antología de cuentos japoneses o chinos, o quizá sea de origen occidental.

El protagonista de esta historia tiene una especie de malformación congénita, un carrillo hinchado y colgante. Una noche encuentra a los genios o demonios del bosque; baila para ellos, les complace y divierte con todas sus guasas, por lo que, en agradecimiento, los demonios estiran y estiran de su carrillo hasta que le arrancan la malformación.

Como en el caso del viejecillo y su vecino, la estructura es la misma: ahora será un amigo el que querrá buscar a los genios para que le quiten su carrillo hinchado (quizá sean parientes o vivan en un pueblo muy endogámico).

El amigo encuentra a los genios, pero baila fatal, causa todo tipo de desastres e incluso intenta robar la poción mágica, así que los genios le castigan y no sólo le dejan su carrillo hinchado, sino que le añaden el que le quitaron al primer personaje, lanzándoselo como una pelota que se le queda pegada en la cara.

Me pareció muy divertido el anime de las Olimpiadas animales (Doubutsu olympic taikai), en el que los animales compiten en diversas pruebas. Por ejemplo, un cerdo contra un mono.

En esta y en otras historias de estos animes se ven bastantes coincidencias con Occidente en los estereotipos animales: los monos son simpatícos, atrevidos, casi siempre amigos del héroe, traviesos y a veces sinvergüenzas; los perros son fieles, los cerdos tontos o malos, como en el anime de un viaje en tren, donde un millonario maleducado es un cerdo.

Por otra parte, La aventura aérea de Momotaro (Sora no momotaro), debe esconder cierto simbolismo bélico.

baff 2005

Momotaro, el héroe tradicional
nacido de un melocotón, ahora
en aventuras aéreas durante la guerra

Los héroes se tienen que enfrentar a un águila maligna que tiene toda la pinta de representar al águila estadounidense. Las focas isleñas atacadas parecen representar las islas del Pacífico, océano por cuyo control competían Estados Unidos, China y Japón. La ballena, que parece medio aliada con los héroes, ha de ser sin duda China.

Hay que tener en cuenta que en esa época Japón había logrado ocupar un puesto entre las grandes potencias mundiales, sorprendiendo al mundo entero con su victoria aplastante en la guerra ruso-japonesa de 1905. Se empezó entonces a hablar del peligro japonés (un peligro amarillo, como después lo sería el chino).

En este anime se descubre que también los japoneses hablaban del peligro (no sé si lo llamarían blanco, rosa o gaijin (extranjero), representado por los estadounidenses: águilas rapaces que se querían apoderar de las islas del Pacífico y de los países del sudeste asiático.

Curiosamente, hace unos días leí un famoso artículo escrito por William James hacia 1910: El equivalente moral de la guerra, en el que se menciona un libro de un general norteamericano que imagina un enfrentamiento entre Japón y Estados Unidos:

«El general Lea hace una detallada comparación de la fuerza militar que tenemos actualmente opuesta a la fuerza de Japón, y concluye que las Islas, Alaska, Oregón y el sur de California caerían sin apenas resistencia, que San Francisco habría de rendirse en quince días ante un cerco japonés, y que en tres o cuatro meses la guerra terminaría, y nuestra República, incapaz de recuperar lo que con descuido no protegió, se desintegraría entonces, hasta que algún César se planteara volver a unirnos como nación.»

Este planteamiento es algo que ahora nos parece un argumento de ciencia ficción poco creíble (de ciencia ficción retrospectiva o ucronía), pero entonces era una posibilidad real y pareció a punto de hacerse realidad cuando Japón se hizo en 1937 con el control de gran parte de China y hundió la mitad de la flota estadounidense en Pearl Harbor.

En algunas de estos cortometrajes, al mismo tiempo que se proyectaba la película se ponía un disco, haciéndolo coincidir con la acción. La letra de la canción aparece impresa junto a las imágenes. Hay que suponer que todo el cine debía cantar al unísono, siguiendo la canción impresa. Incluso, en uno de los animes, una bolita va señalando los caracteres en el momento adecuado, para ayudar a los cantantes, como en los karaokes modernos.

Así que, al parecer, el karaoke no es un invento tan moderno (se dice que se inventó en los años 70 en Köbe por un tal Daisuke Inoe) y que los japoneses ya eran aficionados a él en los años 20 o 30. Supongo que también en Estados Unidos y Europa existirían por la época cosas similares. No lo sé. Intentaré averiguarlo, aunque el karaoke siempre se ha considerado, al menos en España, un invento típicamente japonés.

baff 2004

Imagen de uno de los animes sonoros

 

Por cierto ahora hay un nuevo entretenimiento que es como el karoke pero interpretando toda una película. Los participantes interpretan toda la película, con movimientos, diálogos y efectos sonoros incluidos. A veces son dos o más personas a la vez. Supongo que pronto llegará a España.

También se ven en estos animes temas cómicos universales, como la cáscara de plátano en la que se resbala un personaje.

Aunque en muchas de las historias los personajes, hombre o animales, visten al estilo occidental, no recuerdo ninguna que trascurra en algo parecido a Europa o Estados Unidos.

Sin embargo, como ya dije en lo referido a Anime Classics 1, también para los japoneses, como para nosotros y los americanos, África es el lugar de la fantasía y la aventura. También aquí los negros que habitan áfrica son presentados como salvajes e ingénuos. Sorprende que no haya, sin embargo, referencias  a la India, que es la tierra del misterio y la magia también para los japoneses (e incluso para los chinos).

 

ANIME CLASSICS 2

Hanasakajijii
The Grandfather Who Makes the Flowers Bloom 1928, Yasuji Murata, 16mm, 7 min., mudo.

Doubutsu olympic taikai
Animal Olympics. 1928. Yasuji Murata, 16mm, 8 min., mudo.

Removing the Lump (Kobu tori). 1929. Yasuji Murata, 16mm, 10 min., mudo.

Taro’s Steamtrain (Taro-san no kisha). 1929. Yasuji Murata, 16mm, 8 min., mudo.

Aerial Momotaro (Sora no momotaro). 1931. Yasuji Murata, 16mm, 10 min., mudo.

Taro’s Adventurous Photo Shoot (Taro-san no boken satsuei). 1929. Tosanae Yamamoto, Takamasa AIHARA, 35mm, 8min. VO.

Black Cat (Kuro nyago). 1929. Noburou Oofuji, 16mm, 2 min. VO.

Village Festival (Muramatsuri). 1930. Noburou Oofuj, 35mm, 3 min. VO.

The Monkey Masamune (Saru masamune). 1930. Yasuji Murata, 35mm, 8 min. VO.

Song of Spring (Haru no uta). 1931. Noburou Oofuji, 16mm, 3 min. VO.

Ameya the Possum (Ameyadanuki). 1931. Director desconocido. 35mm, 6 min. VO.

Acerca de Daniel Tubau

Daniel Tubau, autor de El espectador es el protagonista, No tan elemental: cómo ser Sherlock Holmes, Recuerdos de la era analógica, Elogio de la infidelidad, El guión del siglo 21, Las paradojas del guionista y Nada es lo que es, el problema de la identidad neuerneuer@gmail.com
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